domingo, 10 de mayo de 2009

CAPITULO 2 (2ª PARTE)

Al día siguiente cuando fui a trabajar en mi sitio había un ramo de flores a mi atención. Era de Pedro, y la nota ponía: eres de las pocas personas que trabajan aquí, que saben lo que quieren-. Tu puedes llegar donde quieras, pero tienes que cuidarte más. Te espero hoy en el gimnasio. Pedro.

Pedro me caía bien, estuve yendo al gimnasio seguido durante un mes, se me hizo una dieta a mi medida, y decidí cuidarme. Al cabo de tres meses, iba notando los resultados. Un día, al llegar al gimnasio, Pedro salió a mi encuentro, y me hizo entrar en su despacho.

- ¿Qué haces esta noche? La empresa hace una fiesta de inauguración de una nueva discoteca en Madrid, y quería saber si te apetecería venir conmigo.

- Pues no sé, había quedado con una amiga para tomar algo, y pronto a casa. Estoy cansadísima y la verdad, es que no tengo muchas ganas de fiesta.

- Venga anímate, dile a tu amiga que se venga también, te conseguiré una entrada más.

- Déjame que le llame, y te digo algo antes de irme

- Está bien.

Hice mi deporte correspondiente, y me fui a la oficina, aquella tarde había reunión del comité, y tenía que prepararle unos dossiers a Casandra antes de entrar. Pero en un momentito llame a Ivana, para decirle lo de la fiesta.

- Ivana, que tal? Oye, no tengo mucho tiempo, te apetece esta noche ir a una fiesta de inauguración que hace la empresa? Pedro mi entrenador personal me ha dicho que puede conseguir otra entrada para ti.

- Pues no sé, había pensado que podríamos ir al Perk, estarán todos estos, y hace tiempo que no los vemos. Juan me ha llamado para decirme que nos pasáramos. Ves tú si quieres, es una fiesta de tu empresa, y debes dejar que te vean por allí.

- No sé, tampoco que se que pinto allí, ira lo más chic de aquí, con sus modelitos, me sentiré incomoda si no estás, anda vente!!

- Déjalo da igual, me iré al Perk y estaré con estos, de verdad, no te enfades, pero hoy no tengo el cuerpo para mucha fiesta. Hablamos luego y me cuentas que has decidido. Un beso

- Un beso hasta luego.

Fue colgar y entrar mi jefa:

- Elena, esta noche hay una fiesta de inauguración de una discoteca en Madrid. Claudia, mi relaciones publicas no puede venir esta con fiebre en la cama, y necesito a alguien de mi departamento para que este allí, y he pensado que seas tú.

- ¿YO?

- Si tu, que problema tienes?? Tenias algún plan esta noche? Porque de ser así, te va a tocar cancelarlo, y venirte. No puedo ir sin un ayudante

- Pero, pero Casandra, yo no sé que hace Claudia en estos casos, yo solo soy una simple administrativa, no estoy puesta en ese mundo, tienes a Verónica, ella suele ayudar a Claudia en estos casos.

- Verónica ya no está en la empresa, le he despedido. Tu vienes, y no se hable mas.

- Está bien, pero te agradecería por favor, me dijeras, que debo hacer.

- De momento, dame los dossiers que me has preparado, y vete a comprarte ropa, quiero que llegues con algo moderno pero informal. Ves a Chanel, o a Hugo Boss, paséate por las tiendas de la Calle Serrano, allí te asesoraran.

- Casandra, no es por importunar, pero… mi sueldo no me da para comprarme un vestido de esas marcas, yo, prefiero irme a otras tiendas y encontrar algo más económico.

- Elena, Elena, ves a esas tiendas, y elige lo que quieras, dile que vienes de parte mía, y que lo carguen a la cuenta de Events, no quiero que vayas con un simple traje, ah! Y cámbiate de color de pelo, ese color que llevas ahora no te sienta bien. Ves a este estilista, o llámale ahora, y dile que estarás allí en media hora. Cambia un poco, no te han dicho que en esta empresa la imagen cuenta mucho?? Pues ya es hora, y más si quieres ascender en esta vida.

- Gracias Casandra, pero donde es la inauguración

- Es que todo te lo tengo que decir?? A las nueve en punto, pasara un coche a recogerte por tu casa, y te llevara al lugar exacto. Por lo demás ya te lo diré cuando llegues. Y ahora, dame esos dossiers que estoy esperando, y sal a hacer todo lo que te he dicho

- Está bien. Hasta la noche

Me miro con una cara de incredulidad, como si estuviera pensando, que el cambio que iba a hacer esta tarde no iba a servir de mucho.

Llame a Pedro, y le conté todo. Se alegro por una parte, por otra no, porque él quería que fuera con él y que disfrutara de la fiesta. Le comente, que si quería la verdad, no quería ir a la fiesta, que prefería estar con mis amigos, pero que ahora ya no podía hacer nada, y que todo era una obligación y que no iba a salir de esta bien parada. Él lo único que me dijo antes de colgar fue, tu tranquila deja a Casandra que lleve el control.

Me fui a todos los sitios que me había dicho Casandra, me hacían la pelota por todos los sitios, y al final me decidí por un vestido negro de Chanel, con un escote algo pronunciado para mi gusto, tengo que reconocer que tanto gimnasio y tanto empeño de Pedro en colocarme mis carnes al sitio estaban dando un resultado maravilloso, por lo que el vestido me quedaba como nunca, no quise mirar ni el precio, por no asustarme. Me compre unas sandalias allí también con una especie de diamantitos, que esperaba que no fueran de verdad, y me fui al estilista. Resulto ser algo afeminado, para no perder la costumbre, me sentía como en Cambio Radical pero sin operaciones. Cuando me mire al espejo no me lo creía, mi pelo normalmente recogido en una coleta, se encontraba recogido en un moño bajo, lo habían cambiado de color, era algo más oscuro de lo que lo llevaba normalmente, y el maquillaje que me habían puesto ni se notaba.

A las nueve en punto tenía el coche delante de casa, mi padre no dejaba de hacerme fotos como un loco, allí donde estaba yo en casa, estaba mi padre con la cámara. Cuando salí al portal de mi casa, dos vecinos se me quedaron mirando, y me dijeron, esta chica está cambiando a marchas forzadas, esta guapísima. Eso me animo muchísimo, y más me anime, cuando vi a Pedro con unos pantalones blancos y una camisa blanca, estilo ibicenco, guapísimo con ese bronceado que tenia, y esa sonrisa tan particular. Cuando me vio su sonrisa se ensancho más.

- Elena, no pareces tú. Estas realmente guapa.

- Gracias, pero que haces tú aquí?

- No te lo dijo Casandra que iba a pasar yo a recogerte?

- Pues no, no me dijo nada. Estoy tan nerviosa en estos momentos.

- Detrás en el coche hay unos papeles que me ha dado tu jefa, para que te los leas y te pongas al día de todo. Vamos o llegaremos tarde y no hay cosa que menos le guste a tu jefa que lleguemos tarde a un evento.

Mientras íbamos hacia la discoteca, me leí los papeles, y en una de esas que levante la vista de ellos, vi clavados los ojos azules de Pedro en mí, por el espejo retrovisor. Estaba guapísimo todo había que decirlo. Me sonrió y volvió a fijarse en la carretera. Al cuarto de hora ya estábamos en frente de la discoteca, estaba llena de fotógrafos por todas partes, vi salir a Casandra por la puerta principal hablando con el hombre más musculoso que había visto en mi vida.

- Menos mal que ya has llegado!! Creía que no venias!! Te veo muy bien, me gusta el estilo que has escogido, vayamos dentro, tengo que explicarte todo en menos de cinco minutos.

- Está bien, siento llegar tarde, había trafico

- Da igual, vamos, solo tengo cuatro minutos, hemos perdido uno fuera.

Casandra llevaba unos pantalones vaqueros muy ajustados en color negro, con unas sandalias plateadas con un tacón de vértigo, y un top muy ajustado, y con la mínima expresión de ropa en color plateado también. Su pelo estaba más corto que nunca. Había ido también a la peluquería aquella tarde.

Me explico lo que debía hacer, tenía que estar en la puerta con una lista, no podía dejar pasar a nadie que no estuviera allí, de ver que alguno se ponía muy nervioso y quería entrar a la fuerza, tendría a George el gorila a mi lado, una vez hubieran entrado todos los de la lista, me iría dando vueltas por la discoteca, para ver si a algún famoso le faltaba algo, y que disfrutara también de la fiesta, ¿Cómo iba a disfrutar de la fiesta si tenía que estar pendiente de todo? ¿Y ella que iba a hacer? En seguida me lo explico todo, ella iba a disfrutar de la fiesta, ella sí. Pedro se acerco un momento, me guiño un ojo y se alejo viendo la cara que ponía Casandra en ese momento.

Abrieron las puertas y uno por uno fueron entrando, nadie puso problemas, y todos entraron en orden. Al rato estaba dando vueltas por la discoteca, parecía no faltarle nada a nadie. Entonces vi a Pedro, sentado en una esquina de la barra con cara de aburrido, me acerque un momento, pensé que por dos minutos que iba a estar hablando no me iba a echar de menos.

- ¡Menuda cara llevas! Parece que no estás disfrutando mucho de la fiesta, con la cantidad de chicas guapas que hay deberías aprovechar a ligar como un loco!

- Ya, para eso estoy, la verdad es que la chica que me gusta esta aquí, pero no hay manera de poder hablar con ella ni cinco minutos, esta tan ocupada, que no tiene tiempo para mí.

- ¿Quién es? Así voy y hablo con ella, y le digo que hay un chico guapísimo que está esperando que se digne a decirle algo.

- En estos momentos la estoy viendo, esta guapísima con ese vestido negro, y ese recogido que se ha hecho.

Me gire en redondo, buscando a alguien que llevara un vestido negro a dos metros a la redonda, y entonces caí, que esa chica era yo.

- Estarás de coña Pedro, no me dirás que la chica que te gusta soy yo! ¡Puedes tener a cualquiera! ¿yo? Una pobre recepcionista del departamento de Dirección de Events!! A la que casi no conoces!!!

Pedro me cogió la cara entre sus manos me miro a los ojos dos segundos, y me dio un beso increíble.

- Si tú, eres tú. Desde que te vi caída en el gimnasio pensé que eras una chica patosilla, pero guapa.

- Ja ja ja, te estás riendo de mi. Pero si yo pensaba que te gustaban las otras chicas que iban al gimnasio, y que el ramo de flores que me enviaste fue tan solo para que continuara en el gimnasio

- Pues ya ves que no. Me encantaría poder irme en estos momentos de aquí, pero tú tienes que seguir trabajando y hasta que no termines no me iré, no quiero que vuelvas sola a casa, y la verdad es que me estoy aburriendo mortalmente, creía que iba a ser otra cosa, que no tendrías que trabajar, que podríamos tomar unas copas y bailar, pero no has parado en todo el rato de ir de arriba abajo, y…

En ese momento fui yo la que le planto un beso para que se callase, me estaba poniendo nerviosa, y por volver a sentir sus labios húmedos sobre los míos.

- Le voy a decir a Casandra que no puedo más, y que necesito irme a casa, estoy que no puedo con el dolor de pies, alguna excusa me podre inventar, espérame aquí.

- Está bien, pero si te pone alguna pega, no te preocupes esperare aquí sentado.

- Si estas cansado o te aburres vete, yo cogeré un taxi no te preocupes.

Fui a hablar con Casandra, le dije que no me encontraba muy bien, pero que si necesitaba algo más, que por favor me lo dijera y me quedaba, le debí poner una cara un poco extraña, porque me dio las gracias y me dijo que me fuera a descansar, mañana seria un día muy duro. Le di las buenas noches, y me fui donde estaba Pedro.

Durante el trayecto a casa ninguno de los dos dijo nada, el silencio ese me estaba poniendo muy nerviosa. Al llegar al portal de mi casa, me dio un beso en los labios y me dijo buenas noches, salí del coche sorprendía por su reacción y espero a que entrara en el portal, luego lo vi irse. Creía que iba a decirme que fuéramos a tomar algo, o incluso a su casa, pero no, me dejo en casa y con las mismas se fue.

Al día siguiente, al llegar a la oficina, Casandra me hizo entrar a su despacho. Tenía unas ojeras impresionantes, pensé que igual había llegado a casa tarde, y no le había dado tiempo a descansar, su pelo corto estaba todo alborotado, y llevaba un vestido floreado que le sentaba muy bien con su tono de piel.

- Muchas gracias por tu ayuda ayer noche Elena – no sabía que pensar, si me estaba diciendo que me fui muy pronto y no la ayude mas, o me estaba dando las gracias porque si le había ayudado – la verdad es que no se que hubiera hecho sin tu ayuda, lo que te fuiste muy pronto y muy bien acompañada por lo que vi luego, no sé si me mentiste con lo que no te encontrabas bien, o ese chico, que creo que era Pedro, te convenció para que te fueras.

- Yo…. Lo siento si necesitabas mi ayuda me lo tenias que haber dicho Casandra, además te lo pregunte. No estoy acostumbrada a llevar tacones tan altos, y tenía los pies hinchados y con heridas de estar paseándome por toda la discoteca, pero hubiese aguantado si me lo hubieses dicho.

- Buf! Nunca nadie había sido tan sincera conmigo, me gusta, todas inventan excusas, veo que alguna te inventaste para poder irte antes, y bien acompañada, pero ahora me has dicho toda la verdad. Siento yo también el haberte metido en todo el jaleo, ya que era tu primera vez, pero tranquila, de ahora en adelante intentare que sepas todo antes de las fiestas

- ¿De ahora en adelante? ¿a qué te refieres?

- Vas a entrar en el Departamento de Relaciones Publicas, de momento de ayudante de Claudia, ella te ira explicando todo como funciona, así que recoge tus cosas de aquí, y ves directamente a tu nuevo despacho

- Gracias Casandra, muchas gracias, pero ya tienes a alguien para mi puesto?

- Tu tranquila para eso, Claudia te está esperando.

Estaba tan contenta, que antes de irme a mi nuevo despacho llame a Pedro, no lo cogía, pensé que luego me iría a verlo al gimnasio. Fui a mi nuevo sitio, y Claudia me estuvo explicando en qué consistiría mi trabajo, antes que nada me dijo que mi imagen contaba mucho, y que debía cambiar de estilo de ropa, de peinado, y seguir yendo al gimnasio. No sabía cómo iba a cambiar de look, ya que no tenía ni un duro, estaba intentando ahorrar para poder comprarme un piso, pero para ir de compras no. Claudia debió leerme el pensamiento y me dijo.

- Tranquila, vas a tener una tarjeta de crédito.

- ¿Qué? No te entiendo.

- Casandra da una tarjeta de crédito con una cantidad al mes para que las relaciones públicas estén a la última en moda, ya que la imagen cuenta muchísimo, no nos quiere ver con cualquier cosa. Así que mañana por la tarde tu y yo nos vamos de compras.

- Mañana no puedo, es la cena mensual que hacemos las amigas para contarnos las cosas.

- Elena, Elena, de ahora en adelante, no vas a poder ver mucho a tus amigas pero bueno, mañana haremos unas compras rápidas y luego iras a la cena.

- Gracias, pero el dejar de ver a mis amigas…

Se giro en redondo y se fue a su sitio, me pase todo el día intentando dar con Pedro aparte de preparar un desfile de modelos para un famoso diseñador. Tenía que dar con un montón de gente famosa, bueno más bien con sus agentes y explicárselo todos, y que ellos me confirmaran que venían. A la hora de la comida, aproveche para ir al gimnasio. Me cambie y me fui a buscar a Pedro, no lo veía por ninguna parte, en eso vi a Hugo.

- Hola Hugo

- ¡¡Elena!! Cuanto tiempo sin verte, que cambiada estas – será falso el tío! Pero si me ves todos los días, lo que pasas de mi, y te vas a por las recauchutadas

- ¿Has visto a Pedro? Tengo clase con el

- ¿No te has enterado? - ¿de qué me tenía que enterar?

- Pues no

- Pedro ha dejado la empresa.

- ¿Qué? Pero si estuvo ayer noche en la fiesta conmigo!

- Estuvo haciendo unas pruebas para una serie de televisión y lo han cogido, se que ha tenido que salir de viaje, pero no sé donde

- Vaya, me alegro por él.

- Se estuvo preparando muchísimo, tiene que hacer de profesor de gimnasia, y al final lo ha conseguido.

Di la vuelta, me cambie y me fui a comer, no tenía ganas de hablar con nadie. Para uno que se fija en mí, ha durado poco, vaya… no pensaba que lo nuestro iba a ser tan corto. Últimamente en el gimnasio se pasaba horas como un loco haciendo gimnasia, y preparando su cuerpo, pero nunca me dijo nada sobre el tema, y ayer me besa, y hoy desaparece, porque no me dijo nada? El venir ahora al gimnasio no iba a ser lo mismo, ya no era interesante. Me estaba dando cuenta de que me había estado gustando, que poco a poco había entrado en mi vida, primero como mi entrenador personal, luego como amigo, ya que habíamos quedado alguna vez, y ayer que parecía que iba a ser algo mas desaparece. Me sentía desilusionada. En fin, uno menos en mi vida. Entro y salió tan rápido que no me dio tiempo a saborearlo.

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