sábado, 9 de mayo de 2009

CAPITULO 1

Mi nombre es Elena, mi madre me puso este nombre, pensando en Helena de Troya, me dijo que ya era guerrera cuando estaba en el vientre, y que como ella sería muy valiente, si vamos valiente del todo, pero con menos suerte que ella en el amor, a mi todavía no me ha venido un Paris a secuestrarme y llevarme a su país por amor… de hecho, yo con los hombres poca cosa. Soy directora en una empresa que se dedica a los eventos, organizamos toda clase de eventos, congresos, ferias, fiestas etc., y bueno, no paro quieta, si no estoy de viaje organizando algún congreso en la otra punta del mundo, estoy preparando una superboda para algún pijo o famosillo. ¿Bodas? Si he asistido a muchísimas, pero a la mía todavía no, mis amigas dicen que soy muy exigente, que he estado con muchos hombres, pero que a todos les he sacado alguna pega, y es que todos tienen alguna, cuando no es bajito, es un celoso y cuando no, es un deportista consumado, que hace deporte hasta en la cama. Mi hombre perfecto??? La verdad es que no lo sé, me imagino que será el que me comprenda, difícil, verdad??? Tengo treinta dos años, y para esa edad no estoy nada mal, hago deporte, lo poco que puedo en el gimnasio de la empresa, porque si tengo que hacerlo fuera, no tengo nada de tiempo, y voy cuando tengo por lo menos una hora libre al día, que es decir, casi nunca, pero me cuido mucho, en mi trabajo la imagen cuenta muchísimo. Me encanta ir de compras, y la verdad, es que me lo puedo permitir, porque mi sueldo no está nada mal, el puesto donde estoy ahora, me lo he tenido que ir ganando poco a poco y con mucho tesón, ya que no es fácil, empecé por lo más bajo en la empresa, y he ido ascendiendo, pero en poco tiempo, no todo el mundo puede aguantar este ritmo de vida. Me gusta mucho mi trabajo, y hace que conozca mucha gente, entre ellos muchos hombres, y de muchas clases. Suelo llamar la atención, porque no decirlo, soy alta, morena y con ojos verdes, los cuales son muy expresivos, y suele ser en lo primero que se fijan, aunque luego bajen la vista, con muy poco disimulo, hacia otras partes del cuerpo.

Vivo en un loft en el centro de Madrid a veinte minutos andando de mi trabajo, con unas vistas increíbles de parte de Madrid. Intento tener algún fin de semana libre e irme a la playa, a desconectar, porque mi vida puede llegar a ser muy estresante, y claro así no puedes conocer al hombre de tu vida. No tengo tiempo para relacionarme, y si tengo que hacer algo con mis amigas, me lo tienen que decir con dos meses de antelación para poder apuntarlo en la agenda, el poder ver a mis padres, es casi imposible, pero decidí, que por lo menos una vez a la semana iría a comer a su casa. Mi hermana y mi hermano me dan por imposible, pero aun así, les reúno a ellos y a sus parejas los miércoles por la noche en mi casa para cenar, e incluso a veces, les invito a las fiestas, para poder verlos.

En mi vida, han pasado muchos hombres, e intentado llevar una relación con más de uno, pero todos me dicen, que no pueden estar pendientes de mi agenda, y ser un apunte mas en ella, que les gustaría verme mas, pero yo que quiere que les haga? Mi trabajo me absorbe todo. Marta, mi mejor amiga, que trabaja en la guardería del trabajo, me dice que baje el listón, de hecho, es ella, quien me presenta a la mayoría de ellos, porque dice que me voy a quedar sola, como siga a este ritmo.

En adelante, os voy a contar mi historia con los hombres, y la cantidad de clases diferentes que te puedes encontrar. Espero poder encontrar uno que lleve mi ritmo de vida, o que finalmente me saque de ella, y que haga que me tranquilice. No pido más que me haga reír, y que sepa estar en silencio cuando lo necesito, y que sea guapo, y … bueno dejémoslo estar. Esta es mi historia.

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