domingo, 17 de mayo de 2009

CAPITULOS 3 (2ª PARTE)

A las ocho ya estaba arreglada para irme, pero que hacia una hora por ahí, bueno en Madrid se podía tardar una hora en llegar a los sitios. Me había puesto unos vaqueros muy estrechos, con unas botas de tacón negras por fuera, llevaba un jersey de cuello alto negro, con un abrigo de manga corta de lana. El pelo decidí dejarlo suelto, porque con el cambio de look que Claudia me había hecho hacer aun no sabía cómo dominarlo. A las nueve en punto estaba delante del hotel, pregunte en la recepción y le llamaron a su habitación, a los cinco minutos lo vi aparecer, iba con unos vaqueros desgastados, unas Converse y un abrigo negro, debajo del cual llevaba un jersey de cuello alto negro, era un estilo muy pop, estaba muy guapo, aunque reconozco que le quedaba mejor el traje.
Fuimos de tapeo, me conto más o menos su vida, tenía 33 años, era de Barcelona, y había conseguido sacar adelante la empresa de su padre, cuando casi se arruinan, su hermano estudio hostelería, y se dedico a hacer platos nuevos, que dio a probar y que le gusto a la gente, por lo que su hermano cocinaba y él se dedicaba a los negocios, tenían un restaurante en Barcelona, que si tenias que reservar mesa debías hacerlo con dos meses de antelación como mínimo, su hermano estaba triunfando mucho, y se estaba convirtiendo en uno de los mejores cocineros de España. El en cambio se dedicaba a organizar los catering con platos de su hermano, lo cual al darse a conocer hacia que mucha gente le llamara para bodas, congresos etcétera. Yo le conté mas o menos lo mío, no había mucha que contar tampoco, no llevaba mucho tiempo en la empresa, pero me gustaba mi trabajo, y se podía conocer gente interesante. Le dije que nos pasáramos por el Perk que mis amigos estarían allí reunidos. Le pareció una buena idea y nos fuimos los dos andando, porque no estaba muy lejos de donde estábamos en aquel momento.
Al entrar en el Perk, vi que estaba Pedro hablando con Marta, lo cual me sorprendió bastante. Me acerque a saludar a Ivana y Juan, y me fui a pedir a la barra, cuando iba hacia ella, Pedro se puso delante mío.

- Hola Elena, siento no haberme despedido de ti, fue todo muy rápido, y tuve que salir al día siguiente para Barcelona.

- Hola Pedro, lo que no se es porque no me contaste nada de esto. Porque si lo sabías, me podías haber dicho algo.

- Lo sé, y lo siento. Yo…

- ¿Qué te lo dijeron esa misma tarde? Estuvimos juntos, podías haberme dicho, me voy mañana, pero no, no dijiste nada, al día siguiente desapareciste, y ahora mismo vuelves a estar aquí como si no hubiese pasado nada

- Vale, no tengo disculpa, pero veo que tú no has perdido el tiempo, verdad? ¿Quién es tu nuevo acompañante?

- Se llama Isaac, es director de una empresa de catering en Barcelona, y ha venido hoy a la empresa para prestar sus servicios, pero ha resultado ser todo una falsa de Claudia, que veremos cómo se arregla mañana si aparece

- Ah! Vaya, esta Claudia. Voy a estar unos días por Madrid, más o menos hasta el domingo, podemos vernos?

- Pues no lo sé- me quede mirando a Isaac que salía en esos momentos del cuarto de baño y se acercaba hacia mí con una sonrisa encantadora –no sé como lo voy a tener estos días.

- ¿podríamos quedar el sábado por la noche? Marta me ha dicho que hay fiesta en casa de tu amiga Ivana, podríamos ir juntos – mire a Marta con una cara de pocos amigos y se dio cuenta enseguida de que había metido la pata

- Isaac, este es Pedro un ex compañero de la empresa, era mi entrenador personal en el gimnasio, hasta que de la noche a la mañana desapareció, ahora es actor

- Encantado de conocerte Pedro. Elena, ¿quieres tomar algo?

- Si, gracias, pídeme un gin tonic – mire a Pedro y le dije - bueno ya te llamo y te digo algo del sábado, pero no creo que pueda ir contigo, además tendré que estar antes en la fiesta para ayudar a Ivana.

- Bueno, tienes mi número. Me voy que estoy cansado y mañana tengo que hacer unas cosas por Madrid. Me alegro de verte Elena. Hasta luego Marta!

¿Pero que se ha creído? Que puede venir así como así, y volver a entrar de nuevo en mi vida, como si no hubiese pasado nada? Y encima auto invitarse a una fiesta que ni siquiera conoce a la anfitriona. ¿Pero que estoy diciendo? Tan solo te beso, no te acostaste con él, no tuviste una relación con él, porque me pongo así? En esos momentos me saco de mis pensamientos Isaac.

- Muy majo Pedro, ha hecho buen trabajo contigo. – ni que supieras como estaba antes de que me conocieras

- Ya ves, estuvo muy insistente de que fuera todos los días al gimnasio, en nuestra empresa la imagen cuenta mucho, aunque a mí eso me fastidia bastante.

- ¿Por qué?

- Porque parece que cuenta poco tus estudios, tu inteligencia, solo sirves si eres una cara bonita con un cuerpo bonito. Por ahí, hay chicas regordetas con unos estudios increíbles, a las cuales no se les da una oportunidad por estar gordas, o por no tener una presencia deseable.

- Entonces ¿Por qué estas en Events?

- Pues porque estudie Marketing y Relaciones Publicas, e hice un máster en Administración de empresas, si parecerá que soy muy joven, pero siempre se me ha dado bien estudiar y aproveche la ocasión. Me gusta este mundillo, pero creo que hay gente en la empresa que no debería ni estar, pero claro no soy yo la que lo tiene que decir

- Lo dices por Claudia, verdad?

- Pues sí, últimamente no viene mucho, y si viene desaparece enseguida, llegando tres horas después, alegando que se ha ido al médico, o que tenía hora para la manicura, o yo que sé! Pero todo me lo deja a mí, y llevo tan solo cuatro días en ese departamento, y claro hoy llegas tu y me como yo todo.

- Perdona si mi visita te ha importunado – lo mire a los ojos y le sonreí, ¿Cómo me iba a importunar?

- No es eso, pero me repatean esas cosas, si yo tuviese una empresa, cogería a la gente por lo que sabe y por su experiencia, se que a todo el mundo hay que darle una oportunidad, y seguro que hay gente más competente que Claudia, que aprovecha para comprarse modelitos a costa de la empresa.

- Bueno, esa es la suerte que tenéis, no te gusta ir de compras? – Me miro de arriba abajo.

- No te digo que no, pero me cuesta ganar el dinero, y si, me gusta hacerme caprichos, pero no llevar ropa carísima todos los días, creo que teniendo un fondo de armario bueno, se pueden hacer muchas combinaciones – lo mire, me estaba sonriendo- pero que te estoy contando?

Nos entro la risa a los dos, acabamos nuestros cubatas y nos despedimos de mis amigos. Me acompaño hasta la puerta de mi casa, y cogió un taxi hacia el hotel. Lo había pasado genial con él, con lo serio que parecía en la oficina, y lo divertido que era luego.

lunes, 11 de mayo de 2009

CAPITULO 3 (1º PARTE)

Continué con mi rutina de levantarme temprano, coger dos metros hasta la puerta de Events, llevarle el café a Claudia, se había acostumbrado a que se lo dejara en su mesa, así que como debajo del edificio teníamos un Starbucks aprovechaba para comprar dos capuchinos y un donut bajo en calorías para ella y uno con muchas calorías para mí. Aun no había superado el que Pedro se fuera sin decir adiós, y sin dar una explicación, aun así, mi amiga Marta me decía que era la tía mas tonta que conocía, porque para que tenía que darle tantas vueltas a un asunto que había pasado hacia como tres meses? Lo más seguro es que Pedro quisiera aprovecharse de mí, y le salió mal, y aprovecho para irse de la empresa, y que yo me lo estaba tomando, como si me hubiera dejado mi novio de toda la vida. Había más chicos fuera y tenía que seguir buscando! Mis amigas habían preparado una fiesta en casa de Isabel como inauguración del piso, y esperaban que no tuviera ninguna fiesta sorpresa ese fin de semana, porque si no irían a hablar con Claudia para decirle que yo no asistiría, ya les había dado plantón dos fines de semana y eso no les estaba gustando mucho.

Estaba al teléfono con un cliente, cuando vi entrar a un chico guapísimo por la puerta, alto, con ojos verdes y moreno de piel, trajeado y con un maletín de piel. Me quede mirándolo un buen rato, siguiéndolo con la mirada allí donde iba, y se debió de dar cuenta porque me miro y me sonrió. Tenía la dentadura más perfecta que había visto en mi vida! Mire hacia otra parte, haciendo que seguía hablando por teléfono cuando ya había colgado aquella persona. Lo vi acercarse, me estaba poniendo muy nerviosa, colgué el teléfono y me dedique a mirar cosas en mi ordenador.

- Buenos días – por Dios que sonrisa! Pero que dentadura más perfecta!

- Buenos días, le puedo ayudar en algo?

- Busco a Claudia, soy Isaac Ferrer, había quedado con ella hoy para una reunión

- Lo siento Claudia no está, no se encontraba bien, y no ha venido a trabajar. Si le puedo ayudar yo en algo.

- Pues no sé, soy el director de la empresa Catering Bear, nos dedicamos al Catering y preparación de locales para congresos, fiestas, etc., me dijo que tenían que preparar una fiesta para un empresario que venía de Marruecos el fin de semana que viene, y que pasara a hablar con ella

- ¿este fin de semana? No me había comentado nada, un momentito por favor, siéntese Sr. Ferrer, enseguida estoy con usted

¿Este fin de semana? Eso se suponía no poder ir a la fiesta de inauguración del piso de Isa!! Mis amigas me van a matar, y yo voy a matar a Claudia por no decírmelo! ¿Qué excusa le puedo poner yo a mi jefa para no ir a esa fiesta? ¿Pero que estoy diciendo? Si yo no había sido invitada! Llame a Claudia a su móvil, pero lo tenía desconectado, así que llame a Casandra, esperando que no me diera una bronca por molestarla, pero yo no sabía nada del tema este y tenía a aquel chico tan guapo sentado allí, esperando a que yo le diera una respuesta.

- Casandra? Perdona que te moleste, tengo aquí al Sr. Isaac Ferrer de la empresa Catering Bear, dice que había quedado con Claudia para tratar sobre un tema de una fiesta de un empresario de Marruecos, para este fin de semana. Yo no estaba enterada del tema, y no sé cómo ayudarle.

- ¿este fin de semana? Que yo sepa no había nada, un empresario de Marruecos? Bajo enseguida, tranquila, ya me apaño yo. Gracias por llamarme.

- De nada

Salí directa a hablar con aquel bellezón, todo un ejecutivo, de ellos habían muchísimos por Madrid, yo siempre había soñado con ser una ejecutiva de esas muy agresivas, tipo a las películas americanas, pero de momento, había llegado a ser la ayudante de una relaciones publicas, que últimamente desaparecía muchísimo, y a llevar mejor ropa, nada de trajes chaqueta, todo era un estilo muy informal, pero elegante. Solo teníamos que llevar traje, cuando nos decía Casandra que había alguna reunión muy importante.

- Sr. Ferrer – lo mire a los ojos, y menudos ojos! Estaba absorta con aquel hombre, parecía que nunca había visto a nadie como él ¿Y lo había visto?

- Llámame Isaac, perdona no se tu nombre

- Perdóneme, soy Elena, la ayudante de Claudia, si espera un momento podrá hablar con la directora de Events, Casandra Myers, ella le ayudara en todo.

- Gracias, pero que ha pasado con Claudia, a si! Me has dicho que no se encontraba bien, perdona, tengo tantas cosas en la cabeza, que no me acuerdo de muchas cosas de las que me dicen.

- Ah! Tranquilo

Vi aparecer a Casandra, con un elegante vestido en tonos amarillos claros y unas sandalias blancas increíblemente alta, no sé como esa mujer no acabo mal de la espalda, porque con los tacones que llevaba siempre era para tenerla fatal. Saludo a Isaac y entraron los dos al despacho de Claudia, al cabo de diez minutos Casandra me llamo al teléfono:

- Elena haz el favor de entrar, gracias

Entre con unos nervios increíble, ¿Qué estaba pasando?

- Estas segura de que este fin de semana no hay nada? El Sr. Ferrer asegura que si, que le llamo Claudia para poder preparar el catering del Sr. Mohamed

- Lo he revisado todo, no he visto ninguna anotación de Claudia por ningún sitio, y yo no tengo constancia, si no, sabes que estaríamos todos informados del tema.

- En eso tienes razón, has hablado con Claudia?

- Lo he intentado pero tiene el teléfono desconectado – mire en ese momento a Isaac que no se perdía detalle de nada

- ¿Has llamado al fijo?

- No lo tengo, y no me lo ha dado, me dijo cuando entre aquí, que solo tendría su móvil, nada mas

- Está bien, mañana cuando venga, por favor, dile que suba a mi despacho. Lo siento Sr. Ferrer, ha sido toda una equivocación, siento que haya tenido que venir hasta aquí, y perder parte de su preciado tiempo. Mañana hablare con Claudia, y le pediré explicaciones. De todas formas, si es tan amable de dejarme una tarjeta, podríamos trabajar juntos de ahora en adelante, prometo que no le daremos ningún desplante más.

- Está bien, estaré en Madrid hasta el domingo, cuando volveré a Barcelona – me miro, sonrió, me dio su tarjeta al igual que a Casandra, y nos dio la mano para despedirse- ha sido todo un placer conocerlas, aunque haya sido para nada.

Casandra estaba muy enfadada, me hizo subir a su despacho como tres veces, entre las dos estuvimos intentando dar con ella, pero no había manera.
Sonó mi teléfono, lo cogí con mala gana porque pensé que sería otra vez Casandra para decirme que subiera a su despacho otra vez. Era Lucia, la recepcionista de la empresa.

- Elena? Tienes una llamada del Sr. Ferrer

- ¿Del Sr. Ferrer?

- Si, dice que acaba de estar hablando contigo

- Ah siiiii! Pásamelo por favor, muchas gracias Lucia

- De nada

Estaba tan nerviosa en esos momentos, que no sabía si podría hablar, respire hondo y respondí:

- Hola, en que le puedo ayudar?

- Tutéame por favor Elena, no soy tan mayor.

- Lo siento, perdona Isaac, es la costumbre

- Me preguntaba si podrías esta noche cenar conmigo, quería comentar algunas cosas contigo sobre… - ¿sobre qué? Porque que yo supiera, no teníamos nada de qué hablar, no teníamos ningún trabajo en común – bueno, que si querías cenar conmigo

- ¿esta noche? Pues, espera que mire mi agenda – esto lo hacía para hacerme la interesada

- Estaré aquí hasta el domingo por la tarde, no conozco casi Madrid, y me gustaría que me acompañaras a cenar, si no está muy ocupada claro

- No, no lo estoy, donde te hospedas?

- Estoy en el Husa Serrano Royal, ¿sabes donde esta?

- Si, si – No tenía ni idea, pero ya lo miraría y me informaría de cómo llegar- a las nueve estaré en la puerta, buscare un restaurante por la zona para ir

- Si no te importa, me gustaría ir de tapeo, o a conocer un poco la noche madrileña

- Vale, entonces nada lujoso, no?

- No, te veo a las nueve

- Hasta luego Isaac

No me lo podía creer! Lo acababa de conocer esa tarde, y ya me había invitado a salir con el de cena. Llame a Marta y se lo conté, y le dije que de momento no tenía ninguna fiesta sorpresa, le conté lo de Claudia, y me dijo que esperaba que esa fiesta no se hiciera. Me dijo que me pasara por el Perk esa noche que así conocerían al fantástico chico, que estarían por allí todos tomando algo. Le dije que lo intentaría.

domingo, 10 de mayo de 2009

CAPITULO 2 (2ª PARTE)

Al día siguiente cuando fui a trabajar en mi sitio había un ramo de flores a mi atención. Era de Pedro, y la nota ponía: eres de las pocas personas que trabajan aquí, que saben lo que quieren-. Tu puedes llegar donde quieras, pero tienes que cuidarte más. Te espero hoy en el gimnasio. Pedro.

Pedro me caía bien, estuve yendo al gimnasio seguido durante un mes, se me hizo una dieta a mi medida, y decidí cuidarme. Al cabo de tres meses, iba notando los resultados. Un día, al llegar al gimnasio, Pedro salió a mi encuentro, y me hizo entrar en su despacho.

- ¿Qué haces esta noche? La empresa hace una fiesta de inauguración de una nueva discoteca en Madrid, y quería saber si te apetecería venir conmigo.

- Pues no sé, había quedado con una amiga para tomar algo, y pronto a casa. Estoy cansadísima y la verdad, es que no tengo muchas ganas de fiesta.

- Venga anímate, dile a tu amiga que se venga también, te conseguiré una entrada más.

- Déjame que le llame, y te digo algo antes de irme

- Está bien.

Hice mi deporte correspondiente, y me fui a la oficina, aquella tarde había reunión del comité, y tenía que prepararle unos dossiers a Casandra antes de entrar. Pero en un momentito llame a Ivana, para decirle lo de la fiesta.

- Ivana, que tal? Oye, no tengo mucho tiempo, te apetece esta noche ir a una fiesta de inauguración que hace la empresa? Pedro mi entrenador personal me ha dicho que puede conseguir otra entrada para ti.

- Pues no sé, había pensado que podríamos ir al Perk, estarán todos estos, y hace tiempo que no los vemos. Juan me ha llamado para decirme que nos pasáramos. Ves tú si quieres, es una fiesta de tu empresa, y debes dejar que te vean por allí.

- No sé, tampoco que se que pinto allí, ira lo más chic de aquí, con sus modelitos, me sentiré incomoda si no estás, anda vente!!

- Déjalo da igual, me iré al Perk y estaré con estos, de verdad, no te enfades, pero hoy no tengo el cuerpo para mucha fiesta. Hablamos luego y me cuentas que has decidido. Un beso

- Un beso hasta luego.

Fue colgar y entrar mi jefa:

- Elena, esta noche hay una fiesta de inauguración de una discoteca en Madrid. Claudia, mi relaciones publicas no puede venir esta con fiebre en la cama, y necesito a alguien de mi departamento para que este allí, y he pensado que seas tú.

- ¿YO?

- Si tu, que problema tienes?? Tenias algún plan esta noche? Porque de ser así, te va a tocar cancelarlo, y venirte. No puedo ir sin un ayudante

- Pero, pero Casandra, yo no sé que hace Claudia en estos casos, yo solo soy una simple administrativa, no estoy puesta en ese mundo, tienes a Verónica, ella suele ayudar a Claudia en estos casos.

- Verónica ya no está en la empresa, le he despedido. Tu vienes, y no se hable mas.

- Está bien, pero te agradecería por favor, me dijeras, que debo hacer.

- De momento, dame los dossiers que me has preparado, y vete a comprarte ropa, quiero que llegues con algo moderno pero informal. Ves a Chanel, o a Hugo Boss, paséate por las tiendas de la Calle Serrano, allí te asesoraran.

- Casandra, no es por importunar, pero… mi sueldo no me da para comprarme un vestido de esas marcas, yo, prefiero irme a otras tiendas y encontrar algo más económico.

- Elena, Elena, ves a esas tiendas, y elige lo que quieras, dile que vienes de parte mía, y que lo carguen a la cuenta de Events, no quiero que vayas con un simple traje, ah! Y cámbiate de color de pelo, ese color que llevas ahora no te sienta bien. Ves a este estilista, o llámale ahora, y dile que estarás allí en media hora. Cambia un poco, no te han dicho que en esta empresa la imagen cuenta mucho?? Pues ya es hora, y más si quieres ascender en esta vida.

- Gracias Casandra, pero donde es la inauguración

- Es que todo te lo tengo que decir?? A las nueve en punto, pasara un coche a recogerte por tu casa, y te llevara al lugar exacto. Por lo demás ya te lo diré cuando llegues. Y ahora, dame esos dossiers que estoy esperando, y sal a hacer todo lo que te he dicho

- Está bien. Hasta la noche

Me miro con una cara de incredulidad, como si estuviera pensando, que el cambio que iba a hacer esta tarde no iba a servir de mucho.

Llame a Pedro, y le conté todo. Se alegro por una parte, por otra no, porque él quería que fuera con él y que disfrutara de la fiesta. Le comente, que si quería la verdad, no quería ir a la fiesta, que prefería estar con mis amigos, pero que ahora ya no podía hacer nada, y que todo era una obligación y que no iba a salir de esta bien parada. Él lo único que me dijo antes de colgar fue, tu tranquila deja a Casandra que lleve el control.

Me fui a todos los sitios que me había dicho Casandra, me hacían la pelota por todos los sitios, y al final me decidí por un vestido negro de Chanel, con un escote algo pronunciado para mi gusto, tengo que reconocer que tanto gimnasio y tanto empeño de Pedro en colocarme mis carnes al sitio estaban dando un resultado maravilloso, por lo que el vestido me quedaba como nunca, no quise mirar ni el precio, por no asustarme. Me compre unas sandalias allí también con una especie de diamantitos, que esperaba que no fueran de verdad, y me fui al estilista. Resulto ser algo afeminado, para no perder la costumbre, me sentía como en Cambio Radical pero sin operaciones. Cuando me mire al espejo no me lo creía, mi pelo normalmente recogido en una coleta, se encontraba recogido en un moño bajo, lo habían cambiado de color, era algo más oscuro de lo que lo llevaba normalmente, y el maquillaje que me habían puesto ni se notaba.

A las nueve en punto tenía el coche delante de casa, mi padre no dejaba de hacerme fotos como un loco, allí donde estaba yo en casa, estaba mi padre con la cámara. Cuando salí al portal de mi casa, dos vecinos se me quedaron mirando, y me dijeron, esta chica está cambiando a marchas forzadas, esta guapísima. Eso me animo muchísimo, y más me anime, cuando vi a Pedro con unos pantalones blancos y una camisa blanca, estilo ibicenco, guapísimo con ese bronceado que tenia, y esa sonrisa tan particular. Cuando me vio su sonrisa se ensancho más.

- Elena, no pareces tú. Estas realmente guapa.

- Gracias, pero que haces tú aquí?

- No te lo dijo Casandra que iba a pasar yo a recogerte?

- Pues no, no me dijo nada. Estoy tan nerviosa en estos momentos.

- Detrás en el coche hay unos papeles que me ha dado tu jefa, para que te los leas y te pongas al día de todo. Vamos o llegaremos tarde y no hay cosa que menos le guste a tu jefa que lleguemos tarde a un evento.

Mientras íbamos hacia la discoteca, me leí los papeles, y en una de esas que levante la vista de ellos, vi clavados los ojos azules de Pedro en mí, por el espejo retrovisor. Estaba guapísimo todo había que decirlo. Me sonrió y volvió a fijarse en la carretera. Al cuarto de hora ya estábamos en frente de la discoteca, estaba llena de fotógrafos por todas partes, vi salir a Casandra por la puerta principal hablando con el hombre más musculoso que había visto en mi vida.

- Menos mal que ya has llegado!! Creía que no venias!! Te veo muy bien, me gusta el estilo que has escogido, vayamos dentro, tengo que explicarte todo en menos de cinco minutos.

- Está bien, siento llegar tarde, había trafico

- Da igual, vamos, solo tengo cuatro minutos, hemos perdido uno fuera.

Casandra llevaba unos pantalones vaqueros muy ajustados en color negro, con unas sandalias plateadas con un tacón de vértigo, y un top muy ajustado, y con la mínima expresión de ropa en color plateado también. Su pelo estaba más corto que nunca. Había ido también a la peluquería aquella tarde.

Me explico lo que debía hacer, tenía que estar en la puerta con una lista, no podía dejar pasar a nadie que no estuviera allí, de ver que alguno se ponía muy nervioso y quería entrar a la fuerza, tendría a George el gorila a mi lado, una vez hubieran entrado todos los de la lista, me iría dando vueltas por la discoteca, para ver si a algún famoso le faltaba algo, y que disfrutara también de la fiesta, ¿Cómo iba a disfrutar de la fiesta si tenía que estar pendiente de todo? ¿Y ella que iba a hacer? En seguida me lo explico todo, ella iba a disfrutar de la fiesta, ella sí. Pedro se acerco un momento, me guiño un ojo y se alejo viendo la cara que ponía Casandra en ese momento.

Abrieron las puertas y uno por uno fueron entrando, nadie puso problemas, y todos entraron en orden. Al rato estaba dando vueltas por la discoteca, parecía no faltarle nada a nadie. Entonces vi a Pedro, sentado en una esquina de la barra con cara de aburrido, me acerque un momento, pensé que por dos minutos que iba a estar hablando no me iba a echar de menos.

- ¡Menuda cara llevas! Parece que no estás disfrutando mucho de la fiesta, con la cantidad de chicas guapas que hay deberías aprovechar a ligar como un loco!

- Ya, para eso estoy, la verdad es que la chica que me gusta esta aquí, pero no hay manera de poder hablar con ella ni cinco minutos, esta tan ocupada, que no tiene tiempo para mí.

- ¿Quién es? Así voy y hablo con ella, y le digo que hay un chico guapísimo que está esperando que se digne a decirle algo.

- En estos momentos la estoy viendo, esta guapísima con ese vestido negro, y ese recogido que se ha hecho.

Me gire en redondo, buscando a alguien que llevara un vestido negro a dos metros a la redonda, y entonces caí, que esa chica era yo.

- Estarás de coña Pedro, no me dirás que la chica que te gusta soy yo! ¡Puedes tener a cualquiera! ¿yo? Una pobre recepcionista del departamento de Dirección de Events!! A la que casi no conoces!!!

Pedro me cogió la cara entre sus manos me miro a los ojos dos segundos, y me dio un beso increíble.

- Si tú, eres tú. Desde que te vi caída en el gimnasio pensé que eras una chica patosilla, pero guapa.

- Ja ja ja, te estás riendo de mi. Pero si yo pensaba que te gustaban las otras chicas que iban al gimnasio, y que el ramo de flores que me enviaste fue tan solo para que continuara en el gimnasio

- Pues ya ves que no. Me encantaría poder irme en estos momentos de aquí, pero tú tienes que seguir trabajando y hasta que no termines no me iré, no quiero que vuelvas sola a casa, y la verdad es que me estoy aburriendo mortalmente, creía que iba a ser otra cosa, que no tendrías que trabajar, que podríamos tomar unas copas y bailar, pero no has parado en todo el rato de ir de arriba abajo, y…

En ese momento fui yo la que le planto un beso para que se callase, me estaba poniendo nerviosa, y por volver a sentir sus labios húmedos sobre los míos.

- Le voy a decir a Casandra que no puedo más, y que necesito irme a casa, estoy que no puedo con el dolor de pies, alguna excusa me podre inventar, espérame aquí.

- Está bien, pero si te pone alguna pega, no te preocupes esperare aquí sentado.

- Si estas cansado o te aburres vete, yo cogeré un taxi no te preocupes.

Fui a hablar con Casandra, le dije que no me encontraba muy bien, pero que si necesitaba algo más, que por favor me lo dijera y me quedaba, le debí poner una cara un poco extraña, porque me dio las gracias y me dijo que me fuera a descansar, mañana seria un día muy duro. Le di las buenas noches, y me fui donde estaba Pedro.

Durante el trayecto a casa ninguno de los dos dijo nada, el silencio ese me estaba poniendo muy nerviosa. Al llegar al portal de mi casa, me dio un beso en los labios y me dijo buenas noches, salí del coche sorprendía por su reacción y espero a que entrara en el portal, luego lo vi irse. Creía que iba a decirme que fuéramos a tomar algo, o incluso a su casa, pero no, me dejo en casa y con las mismas se fue.

Al día siguiente, al llegar a la oficina, Casandra me hizo entrar a su despacho. Tenía unas ojeras impresionantes, pensé que igual había llegado a casa tarde, y no le había dado tiempo a descansar, su pelo corto estaba todo alborotado, y llevaba un vestido floreado que le sentaba muy bien con su tono de piel.

- Muchas gracias por tu ayuda ayer noche Elena – no sabía que pensar, si me estaba diciendo que me fui muy pronto y no la ayude mas, o me estaba dando las gracias porque si le había ayudado – la verdad es que no se que hubiera hecho sin tu ayuda, lo que te fuiste muy pronto y muy bien acompañada por lo que vi luego, no sé si me mentiste con lo que no te encontrabas bien, o ese chico, que creo que era Pedro, te convenció para que te fueras.

- Yo…. Lo siento si necesitabas mi ayuda me lo tenias que haber dicho Casandra, además te lo pregunte. No estoy acostumbrada a llevar tacones tan altos, y tenía los pies hinchados y con heridas de estar paseándome por toda la discoteca, pero hubiese aguantado si me lo hubieses dicho.

- Buf! Nunca nadie había sido tan sincera conmigo, me gusta, todas inventan excusas, veo que alguna te inventaste para poder irte antes, y bien acompañada, pero ahora me has dicho toda la verdad. Siento yo también el haberte metido en todo el jaleo, ya que era tu primera vez, pero tranquila, de ahora en adelante intentare que sepas todo antes de las fiestas

- ¿De ahora en adelante? ¿a qué te refieres?

- Vas a entrar en el Departamento de Relaciones Publicas, de momento de ayudante de Claudia, ella te ira explicando todo como funciona, así que recoge tus cosas de aquí, y ves directamente a tu nuevo despacho

- Gracias Casandra, muchas gracias, pero ya tienes a alguien para mi puesto?

- Tu tranquila para eso, Claudia te está esperando.

Estaba tan contenta, que antes de irme a mi nuevo despacho llame a Pedro, no lo cogía, pensé que luego me iría a verlo al gimnasio. Fui a mi nuevo sitio, y Claudia me estuvo explicando en qué consistiría mi trabajo, antes que nada me dijo que mi imagen contaba mucho, y que debía cambiar de estilo de ropa, de peinado, y seguir yendo al gimnasio. No sabía cómo iba a cambiar de look, ya que no tenía ni un duro, estaba intentando ahorrar para poder comprarme un piso, pero para ir de compras no. Claudia debió leerme el pensamiento y me dijo.

- Tranquila, vas a tener una tarjeta de crédito.

- ¿Qué? No te entiendo.

- Casandra da una tarjeta de crédito con una cantidad al mes para que las relaciones públicas estén a la última en moda, ya que la imagen cuenta muchísimo, no nos quiere ver con cualquier cosa. Así que mañana por la tarde tu y yo nos vamos de compras.

- Mañana no puedo, es la cena mensual que hacemos las amigas para contarnos las cosas.

- Elena, Elena, de ahora en adelante, no vas a poder ver mucho a tus amigas pero bueno, mañana haremos unas compras rápidas y luego iras a la cena.

- Gracias, pero el dejar de ver a mis amigas…

Se giro en redondo y se fue a su sitio, me pase todo el día intentando dar con Pedro aparte de preparar un desfile de modelos para un famoso diseñador. Tenía que dar con un montón de gente famosa, bueno más bien con sus agentes y explicárselo todos, y que ellos me confirmaran que venían. A la hora de la comida, aproveche para ir al gimnasio. Me cambie y me fui a buscar a Pedro, no lo veía por ninguna parte, en eso vi a Hugo.

- Hola Hugo

- ¡¡Elena!! Cuanto tiempo sin verte, que cambiada estas – será falso el tío! Pero si me ves todos los días, lo que pasas de mi, y te vas a por las recauchutadas

- ¿Has visto a Pedro? Tengo clase con el

- ¿No te has enterado? - ¿de qué me tenía que enterar?

- Pues no

- Pedro ha dejado la empresa.

- ¿Qué? Pero si estuvo ayer noche en la fiesta conmigo!

- Estuvo haciendo unas pruebas para una serie de televisión y lo han cogido, se que ha tenido que salir de viaje, pero no sé donde

- Vaya, me alegro por él.

- Se estuvo preparando muchísimo, tiene que hacer de profesor de gimnasia, y al final lo ha conseguido.

Di la vuelta, me cambie y me fui a comer, no tenía ganas de hablar con nadie. Para uno que se fija en mí, ha durado poco, vaya… no pensaba que lo nuestro iba a ser tan corto. Últimamente en el gimnasio se pasaba horas como un loco haciendo gimnasia, y preparando su cuerpo, pero nunca me dijo nada sobre el tema, y ayer me besa, y hoy desaparece, porque no me dijo nada? El venir ahora al gimnasio no iba a ser lo mismo, ya no era interesante. Me estaba dando cuenta de que me había estado gustando, que poco a poco había entrado en mi vida, primero como mi entrenador personal, luego como amigo, ya que habíamos quedado alguna vez, y ayer que parecía que iba a ser algo mas desaparece. Me sentía desilusionada. En fin, uno menos en mi vida. Entro y salió tan rápido que no me dio tiempo a saborearlo.

sábado, 9 de mayo de 2009

CAPITULO 2 (1ª PARTE)

La primera vez que entre a trabajar, mí por entonces jefa me dijo:

- En Events vas a encontrar de todo, tenemos gimnasio, donde podrás hacer deporte sin parar con los chicos más guapos de la empresa, cafetería, comedor, tiendas y una zona Chill Out
Aquello me sorprendió, lo de la zona Chill Out, en aquel momento pensé que para que necesitábamos una zona Chill Out en una empresa, pero ahora reconozco, que mas de una vez entre, cuando no podía mas y estaba nerviosa perdida, porque un cliente se ponía pesado, porque no le gustaba lo que le habíamos preparado, o bien porque no llegaba el famoso que tocaba, o porque me tocaba cancelar una fiesta a última hora, porque no se hacía, ni se celebraba la famosa convención. La visite varias veces, la verdad. Lo del gimnasio me intereso, antes de entrar a trabajar, iba a uno, pero poco, yo soy de las que paga, y voy dos meses, como si eso fuera a hacer que mi figura volviera a su estado natural, y luego si te he visto no me acuerdo, me costaba más ir al gimnasio del barrio, porque para ello se suponía coger dos metros y un autobús, por lo que finalmente decidía no ir. Así que me plantee, sacar por lo menos una hora e ir al de la empresa.

El primer día que decidí ir, subí a la decima planta donde estaba, y entre, supe en aquel momento que la ropa que me había traído, no era la adecuada para ese gimnasio, los cuerpazos que estaba viendo como sudaban eran impresionantes, pero tanto los de ellas como los de ellos. Su ropa era lo más pijo que podías ver, las últimas novedades, y yo, me había traído un chándal normalito y corriente. Nada más entrar por la puerta apareció el, se llamaba, bueno se llama porque continua en la empresa, Hugo, era alto, moreno, con ojos marrones, y una sonrisa encantadora, y eso si un cuerpo fibroso que estaba diciendo cómeme a gritos. Vino hacia a mí, y con una sonrisa enorme me dijo:

- Hola, tú debes ser Elena, la nueva, me dijo Casandra (esta era mi jefa en aquel entonces), que vendrías, soy Hugo tu entrenador personal, y voy a hacer que ese cuerpo se ponga en forma cuanto antes.

Sonreí, mientras pensaba “¿en forma? Poner este cuerpo en forma te va a costar por lo menos dos años, porque soy de las que empieza, y a las dos semanas, no me vuelves a ver más, como empieces a agotarme” Por aquel entonces, yo no tenía el cuerpo que tengo ahora, tengo que reconocer, que con mucha constancia, he conseguido el cuerpo que tengo ahora, y mis sudores me ha costado, como para ahora echar a perderlo.

- Ves a cambiarte, los vestuarios están al fondo del todo. Te espero aquí en cinco minutos.

A los cinco minutos, estaba yo preparada, pero para salir corriendo de allí. El gimnasio tenía diez entrenadores personales, repartidos para todos los trabajadores, y yo pensaba que debían estar más horas allí que en su casa, al final me di cuenta de que eran cinco por la mañana y cinco por la tarde, y algunas tardes, habían mas, ya que era cuando había más gente, debía ser para quitarse el estrés acumulado durante el día.

En cuanto me vio salir del vestuario le entro la risa. Me mire a un espejo, y comprendí, que debía reírse de mi atuendo, porque si no, no entendía el porqué.

- Tengo que hablar con Casandra, y que te ayude a elegir la ropa adecuada para venir al gimnasio, no me gusta que desentones tanto con el resto de la gente, pero en fin, para ser tu primer día, vas bien, vas bien.

Estoy para hacerme una foto, y ponerla en todos los tablones de anuncios de la empresa, no?? Pero que se ha creído este? Así iba a mi gimnasio anterior, y nadie se reía de mí, pero todo hay que decir, que iba cuando iba, y la mayoría era gente mayor.

- Vamos a empezar por subirnos a la cinta de correr, quiero que estés allí diez minutos sin parar, empieza a un ritmo tranquilo, y luego lo iremos acelerando poco a poco, para que tu cuerpo se vaya acostumbrando, entendido? Quiero ver como mueves ese culito en la cinta, así que arriba

¿El culito? Pero que se cree? Empecé andando deprisa. Hugo estuvo dos minutos conmigo, y se fue a atender a otro compañero. Decidí subir un poco el ritmo, me debí de equivocar de botón, o hacerlo mal, y la cinta empezó a ir cada vez más deprisa y yo no podía ir a ese ritmo, me tuve que coger a las barras que había enfrente, era como estar en una carrera sin control, casi no tocaba el suelo, no podía soltarme para poder apretar algún botón, y parar aquella máquina infernal, de golpe y porrazo me solté y me fui para atrás, saliéndome de la cinta.

- Estas bien? Te has hecho mucho daño?

Me gire, creyendo que era Hugo, pero no, Hugo estaba ligando con una chica en la otra punta del gimnasio, y ni se había dado cuenta de lo que me había ocurrido.

- Sí, creo que sí, gracias. Dios! Qué vergüenza!

- Tranquila, no te ha visto nadie, bueno salvo, que te han grabado las cámaras, y que vas a ser un blanco perfecto para una temporadita, ya que pasaran ese video por toda la empresa, para que todos nos riamos un rato

- ¿Qué dices? Eso está prohibido, y yo lo puedo denunciar!

- Es broma, estas cámaras no graban, no se guarda ningún archivo. Bueno, me alegro de que estés bien. Soy Pedro, soy entrenador personal de la empresa. ¿Quién es el tuyo?

- Hugo, pero veo que no se ha enterado de nada, casi me mato, y el está allí ligando con esa rubia despampanante, la cual está llena de silicona, y que no hace falta que haga deporte, porque seguro que con una operación, se quita todo Michelin que le sobre.

- Esa rubia despampanante es la subdirectora del departamento de Recursos Humanos, así que yo de ti, no diría mucha cosa, es la primera que te puede poner de patitas a la calle.

Sentí que se me subían los colores, y quería que la tierra me tragase. Pedro lo noto enseguida, y me dio unas palmaditas en la espalda.

- Le diré a Hugo que seré yo de ahora en adelante tu entrenador, el se dedica más a las altas cumbres, y a intentar ligar con toda rubia siliconada, como tú dices. Yo normalmente me tocan a los novatos, pero veo que a ti, te ha tocado el, debes de venir de parte de alguien importante.

- Si importante es mi jefa Casandra, si.

- ¿Casandra? ¿estas en dirección? Llevas todo el control de la empresa desde ahí?

¿Control? Si no era capaz de controlar una simple maquina, como iba a controlar aquel imperio? Me hizo gracia el pensar, que yo podía llegar a donde estaba Casandra, vamos que no se me pasaba ni por la cabeza el llegar a ser directora de la empresa.

- Está bien, vamos a cambiar de máquina, aunque deberías entrar a probar una clase de Pilates, es algo más tranquilo, y para empezar te vendría bien, no quiero que machaques tu cuerpo el primer día a base de maquinas, o si no, mañana vas a ser incapaz de mover un dedo en el ordenador

- Gracias, lo probare, pero hoy no tengo mucho tiempo, he perdido media hora, y me queda otra media para arreglarme y comer algo.

- Deberías pedir por lo menos hora y media, o no te dará tiempo a hacer nada en el gimnasio

- Es lo que tengo, pero Casandra me ha dicho que quería hablar conmigo antes de que empezara el turno de la tarde, así que me quita media hora

- Está bien, mañana nos vemos, pregunta por mi cuando vengas, vale?

- Hasta mañana!

- Ah! No sé cómo te llamas, pero una cosa sí que te digo, por favor, no traigas ese chándal mas, es un poco anticuado, dile a Casandra, que te envía Pedro a que te compres algo más decente para venir aquí

- Lo tendré en cuenta.

Pedro me cayó bien, era alto, con un cuerpo musculoso, pero sin pasarse, y tenía unos ojos azules que casi te podías reflejar en ellos. Se le veía que se preocupaba por las personas, y no como el engreído de Hugo, que debió hacerle muy feliz, el que Pedro le dijera que yo pasaba a ser su alumna. Al día siguiente volví al gimnasio, y en cuanto volví a salir con mi chándal, este algo mas nuevo, lo encontré en el armario de casa de mis padres (por aquel entonces, no tenía mi loft), me miro con una cara muy rara.

- ¿Dónde te los compras? De verdad, no tengo nada en contra de tus chandals, pero es que aquí la gente es muy pija, yo cuando empecé a trabajar aquí hace un par de años, era como tú, con lo más cutre, pensaba que como era un simple gimnasio, pero no, es más, es un estilo de vida para muchos de ellos, y un buen lugar para ligar, cuanto más cuerpo dejas ver mejor

- Pero yo no vengo a ligar, vengo a hacer deporte, a mover el culito, como me dijo Hugo el otro día. ¿Qué más da que lleve este chándal, o un mini short, que va a dejar ver todo mi “gran culito”? deberé ponerme en forma, antes de ponerme eso. Porque si salgo con eso, entonces sí que te vas a reír.

- Está bien, te dejo que vengas así, durante este mes, el próximo, te puedo asegurar, que desearas ponerte esos mini pantaloncitos, porque tu cuerpo estará en perfecta forma.

No me reí en su cara de milagro, lo dijo tan serio, que me dio miedo el responderle. Entramos a una sala, donde habían otras cinco personas más, con sus perfectos modelitos para la ocasión. Íbamos a hacer Pilates, empezó la clase, y las demás personas, eran como si fuesen de goma, se doblaban, estiraban sus piernas, sus brazos, se movían lentamente, parecía un baile para encontrar pareja, más que para poner tu cuerpo en forma. Pedro me miraba y sonreía, yo era un pato al lado de todas aquellas personas. Al acabar la clase, yo no podía moverme, el dichoso Pilates era peor, que haber subido a la máquina infernal de correr.

- Muy bien Elena, ahora vete a descansar, mañana más.

- Pedro, no creo que venga mañana, ni pasado, esto no está hecho para mí, de verdad.

- Como no vengas mañana, ni pasado, ni el otro, iré a buscarte a tu sitio, y te traeré a la fuerza.

- ¿para qué quiero yo esto? Si ya ves, soy feliz con este Michelin que me sale aquí. Lleva tanto tiempo conmigo, que ya es de la familia.

- Lo hago por tu bien, en esta empresa, el culto al cuerpo es muy importante, es primordial, necesario. Si tu imagen es buena, te saldrán oportunidades para poder ir ascendiendo. Casandra no va a estar toda su vida de directora, quien sabe? Igual tienes suerte y tú puedes ser la próxima directora de Events.

- ¿yo? Además, a parte del culto al cuerpo hay otras cosas, tienes que ser inteligente, lista, y a mí me gustaría que si me tuvieran que ascender fuera por lo que se, y no por mi cuerpo

- Eres lista, pero aquí eso cuenta poco, lo más importante es tu cuerpo, piensa que tienes que ir a fiestas y reuniones, y que la imagen cuenta mucho, tu aparte de llegar a tener esa imagen tienes tu inteligencia, y tus estudios

- Está bien, volveré mañana

CAPITULO 1

Mi nombre es Elena, mi madre me puso este nombre, pensando en Helena de Troya, me dijo que ya era guerrera cuando estaba en el vientre, y que como ella sería muy valiente, si vamos valiente del todo, pero con menos suerte que ella en el amor, a mi todavía no me ha venido un Paris a secuestrarme y llevarme a su país por amor… de hecho, yo con los hombres poca cosa. Soy directora en una empresa que se dedica a los eventos, organizamos toda clase de eventos, congresos, ferias, fiestas etc., y bueno, no paro quieta, si no estoy de viaje organizando algún congreso en la otra punta del mundo, estoy preparando una superboda para algún pijo o famosillo. ¿Bodas? Si he asistido a muchísimas, pero a la mía todavía no, mis amigas dicen que soy muy exigente, que he estado con muchos hombres, pero que a todos les he sacado alguna pega, y es que todos tienen alguna, cuando no es bajito, es un celoso y cuando no, es un deportista consumado, que hace deporte hasta en la cama. Mi hombre perfecto??? La verdad es que no lo sé, me imagino que será el que me comprenda, difícil, verdad??? Tengo treinta dos años, y para esa edad no estoy nada mal, hago deporte, lo poco que puedo en el gimnasio de la empresa, porque si tengo que hacerlo fuera, no tengo nada de tiempo, y voy cuando tengo por lo menos una hora libre al día, que es decir, casi nunca, pero me cuido mucho, en mi trabajo la imagen cuenta muchísimo. Me encanta ir de compras, y la verdad, es que me lo puedo permitir, porque mi sueldo no está nada mal, el puesto donde estoy ahora, me lo he tenido que ir ganando poco a poco y con mucho tesón, ya que no es fácil, empecé por lo más bajo en la empresa, y he ido ascendiendo, pero en poco tiempo, no todo el mundo puede aguantar este ritmo de vida. Me gusta mucho mi trabajo, y hace que conozca mucha gente, entre ellos muchos hombres, y de muchas clases. Suelo llamar la atención, porque no decirlo, soy alta, morena y con ojos verdes, los cuales son muy expresivos, y suele ser en lo primero que se fijan, aunque luego bajen la vista, con muy poco disimulo, hacia otras partes del cuerpo.

Vivo en un loft en el centro de Madrid a veinte minutos andando de mi trabajo, con unas vistas increíbles de parte de Madrid. Intento tener algún fin de semana libre e irme a la playa, a desconectar, porque mi vida puede llegar a ser muy estresante, y claro así no puedes conocer al hombre de tu vida. No tengo tiempo para relacionarme, y si tengo que hacer algo con mis amigas, me lo tienen que decir con dos meses de antelación para poder apuntarlo en la agenda, el poder ver a mis padres, es casi imposible, pero decidí, que por lo menos una vez a la semana iría a comer a su casa. Mi hermana y mi hermano me dan por imposible, pero aun así, les reúno a ellos y a sus parejas los miércoles por la noche en mi casa para cenar, e incluso a veces, les invito a las fiestas, para poder verlos.

En mi vida, han pasado muchos hombres, e intentado llevar una relación con más de uno, pero todos me dicen, que no pueden estar pendientes de mi agenda, y ser un apunte mas en ella, que les gustaría verme mas, pero yo que quiere que les haga? Mi trabajo me absorbe todo. Marta, mi mejor amiga, que trabaja en la guardería del trabajo, me dice que baje el listón, de hecho, es ella, quien me presenta a la mayoría de ellos, porque dice que me voy a quedar sola, como siga a este ritmo.

En adelante, os voy a contar mi historia con los hombres, y la cantidad de clases diferentes que te puedes encontrar. Espero poder encontrar uno que lleve mi ritmo de vida, o que finalmente me saque de ella, y que haga que me tranquilice. No pido más que me haga reír, y que sepa estar en silencio cuando lo necesito, y que sea guapo, y … bueno dejémoslo estar. Esta es mi historia.